Objetivo del blog

El presente blog tiene el objetivo de dar una visión general a cerca de la literatura grecolatina clásica.

Se presentará a los autores griegos y latinos más sobresalientes, abordando su vida (es decir, sus datos biográficos), así como su obra más representativa.

Además, se pretende hacer una recopilación de leyendas, historias y toda clase de temas concernientes con la mitología grecolatina, para así dar cuenta de la importancia que ésta tuvo y sigue teniendo en nuestros días pues, nadie negará que la civilización occidental actual, tiene sus orígenes en este mundo de dioses y pasiones.

jueves, 31 de mayo de 2012

Teocrito




Teócrito de Siracusa ( C. 310 a.C – 250 a.C ). Nació en la ciudad del mismo nombre, colonia helénica de la Magna Grecia al sur de Italia, en Sicilia. Vivió en Alejandría pero se cree que quizás pudo vivir en Rhodas.
Los escasos datos conocidos en torno a su vida parecen indicar que hacia el 275 abandonó su tierra natal, escenario de muchos de sus poemas, para establecerse mas tarde en la Isla de Cos.
Escribió poesías cortesanas para Hierón II de Siracusa.

En la isla de Cos conoció a los poetas: Filetas, Nicias y Ascrepiades y en Alejandría, donde tuvo estrecha amistad con Calímaco fue poeta laureado en la corte de Tolomeo II.

La más alta expresión de la lírica pastoril fue, indiscutiblemente, Teócrito de Siracusa. Con el se inicia la poesía bucólica o pastoril. Sus obras mas importantes son los IDILIOS.

Su prestigio, de cualquier forma fue muy grande en todo el orbe helénico y sirvió de inspiración para muchos poetas y escritores de tiempos posteriores.

No hay hecho ciertos en cuanto a su vida, solo lo que se puede recoger a partir de sus propios IDILIOS.

Virgilio que se inspiró en él para sus égoglas, llamó en homenaje a sus memorias <<musas sicilianas>> a las protectoras de la poesía bucólica.
Teócrito de Siracusa, murió en año 250 a.C, posiblemente en Cos.
La más alta expresión de la lírica pastoril fue, indiscutiblemente, Teócrito de Siracusa. Nació en el siglo III A.C. Con él se inicia la poesía bucólica o pastoríl.

Su obra mas importante son los IDILIOS, cuadritos de la vida campestre, muchos de ellos dialogados, trazados con gran delicadeza y sencillez.
Sus pastores son lindas estilizaciones de la realidad, pero sin la sabiduría de los de su imitador latino Virgilio. Es un género artificial que tubo gran difusión en el mundo posterior. En España fue utilizado por Gracilazo de la Vega.

Con este género poético, Teócrito de Siracusa, introduce la sencillez e inocente vida de los pastores, hermoseada por el canto y el amor. A través de esta modalidad el poeta siracusano rendía pleitesía a una "inclinación" de su época, que en la hipercultura de las grandes ciudades sentía la nostalagia del privitevismo y sencillez de la naturaleza: rasgo que se encuentra también, expresión en la filosofía del cinismo, renegadora de la civilización.

Se conservan de el abundantes epigramas y hasta treinta IDILIOS o cuadros poéticos muy variados: bucólicos propiamente dichos, mimos, relatos épicos, canciones amorosas, etc.

El ha expresado en sus poesías pastoriles ese sueño de una vida feliz en medio de una naturaleza risueña que obsesiona a las almas muy civilizadas; su poesía posee un bello realismo y ha guardado la misma lozanía a través de los tiempos. Relata con precisión breve, jugosa y original el aspecto de las cosas (Thalasias; se eleva a veces a las cumbres más altas de la poesía mítica (Dafnis) y otra sabe pintarnos con un realismo sobrio e ingenuo las costumbres de los pastores sicilianos. Sobresale en el dialogo familiar de sus personajes (el mimo de las Siracusanas). Describe con veracidad palpitante los ardores del antiguo amor, sensual y fatal (La Maga, El Cíclope). Escritor lleno de fantasía imaginativa y poseedor de una sabia tradición métrica ylingüística, Teócrito de Siracusa fue uno de los más altos representantes del período alejandrino.

Sus principales obras fueron: Los epigramas, IDILIOS, El niño del Oráculo, La siracunasa, Serenata, Dafni, La Caridad, Poema "Megara", Himno a los Dioscuros, Las Talasias, entre otros.
Dafni: Es un poema mítico pastoril siciliano es una invención de la canción bucólica. El protagonista (Dafni) hijo de Remete y una ninfa, aprendió de su padre a jugar el Zampone.
Dafni de físico hermoso y divino, fue amado tanto por seres humanos como los dioses. Es considerado la versión más antigua de la leyenda triste.
Danfi cegó su vida al ser traicionado por una ninfa, lanzándose a un acantilado, pues su amor no era recompensado por su amante.
En el Idilio VII, llamado Thalisia donde describe un festival de la cosecha en la isla de Cos. En este poema Teócrito habla en primera persona e introduce amigos y a rivales contemporáneos en un modo rustico.


4. Critica Literaria:


Teócrito de Siracusa, padre de la poesía bucólica y la más alta expresión de la lírica pastoril. Sus personajes eran verdaderos rústicos, no cortesanos o eruditos disfrazados de pastores y sus escenas campestres reflejaban tan fielmente la vida pastoril que se diría que eran protagonizadas por pastores griegos e italianos modernos.

De los 30 IDILIOS que se le atribuyen solamente 10 pueden considerarse estrictamente bucólicos, otros son bocetos de carácter dramático.
El decimoquinto es famoso como fiel trasunto de la vida de Alejandría; el segundo por su retrato de una muchacha abandonada por su amante. Otros tiene un carácter épico o lírico. Se atribuyen también un poema titulado  Megara y algunos epigramas que se conservan aún.

Los temas de sus obras son episodios de la mitología o historias de amor, en ambientes del campo o de la ciudad. Presenta a los pastores, como una vida ideal e influyó notablemente en el poeta Virgilio y en los poetas del Renacimiento.

De la obra de Teócrito han llegado a la posteridad 20 poemas, 22 epigramas y variados epigramas.

Sus composiciones poéticas escritas en el dialecto dorio de Sicilia que tienen como fondo escenarios tomados de la naturaleza y tratados sin asomo de exagerado localismo. Tuvo sus primeros discípulos en Mosco y Bion, el mundo pastoril creado por su fantasía ha perdurado hasta nuestros días a través de una larga serie de influencias históricas.

Su obra alcanza gran celebridad en el ambiente bucólico, por sus leyendas mitológicas que reflejan su profundo conocimiento del mundo pastoril y una delicada sensibilidad hacia el paisaje mediterráneo.

Teócrito se distinguió de los demás por ser un genio de gran versatilidad, que le permitió abordar con similar maestría tanto piezas religiosas y mitológicas.
"Himno a los Dioscuros" es un epigrama, con elogios cortesanos o recreaciones de la sociedad urbana en Alejandría.

"Las Talisias" quizás la mejor muestra de su capacidad para integrar elementos naturistas y literarios. Las Talasias es un epigrama cuya evocaduradescripción de la fiesta de la cosecha en las islas de Cos constituye el marco de un dialogo entre varios poétas.

Es pues Teócrito un poeta épico que ilustra los aspectos tradicionales del arte y la cultura siciliana, sin dejar las tendencias griegas de la literatura. También tiene efectos musicales sin despreciar el dórico dialecto de su natal ciudad.

Mas allá del arte bucólico y de la clase descriptiva de atmósfera de Teócrito, fue dedicado naturalmente la mitología temática.
Su nacimiento en Siracusa mas allá de eso de la tradición nos lleva al naturalismo y contrario a las resonancias místicas, nos muestra una sensibilidad profunda, que es quizás la característica mas intima del arte de Teócrito.

De los IDILIOS de Teócrito no tienen ninguna pretensión en la poesía pastoril de la edad posterior. Se ha criticado como atribuyendo a los campesinos sentimientos y lenguajes mas allá de su capacidad. Hay algo en la crítica, pero la comparación con las canciones populares moderna, que deben poco a las influencias literarias, revela semejanzas llamativas entre ellas y el sentimiento bucólico de Teócrito, allí puede ser poca la duda, ya que ambas derivan de la vida verdadera. Que la vida, el conjunto en un paisaje mediterráneo, flores, el sol, el mar y la ladera, descritos por un amo del estilo, nunca perderá su encanto.

Los idilios, un poema corto de un carácter pastoral o rural en el cual algo de elemento del paisaje se representa o se sugiere. El termino fue utilizado en la antigüedad Greco-romana, para señalar una variedad de poemas abreviados en los temas simples en los cuales la descripción de objetos naturales fue introducida.

Las convenciones del pastoral fueron desarrolladas por la escuela de Alexandría, en la poesía y determinados por Teócrito, Bión y Mosco en el siglo III a.C. y los idilio de Teócrito son la fuente de idea popular de este tipo de poemas.

Fue imitado por todos los escritores posteriores del género:
Virgilio en la poesía latina
Edmund Spencer, Juan Milton y Robert Herrick en la poesía inglesa
Gracilazo de la Vega en la poesía española.


Vocabulario Literario:

Dórico: Uno de los cuatro principales dialectos del griego antiguo.
Poema Épico: Que canta en versos acciones o hazañas heroicas.
Epigrama: Composición breve en verso, a veces en prosa, en la que se expresa un pensamiento festivo o satírico
Eruditos: Saber profundo en un tipo de conocimiento especialmente en los referentes a disciplinas literarias e históricas.
Estilaciones: Interpretar convencionalmente la forma de un objeto, haciendo resaltar tan solo sus rasgos mas característicos.
Hueste: Conjunto de partidarios de una persona o de una cosa.
Idilio: Composición poética de motivo pastoral y generalmente amoroso.
Lozanía: Con mucho vigor y vitalidad.
Mimos: Género de comedia realista que imita la vida y las costumbres.
Trasunto: Copia escrita de un original.


http://www.monografias.com/trabajos7/teoc/teoc.shtml

Simónides



Simónides de Ceos (Yulis, en la isla jónica de Ceos, actual Keacirca 556 a. C. - Siracusacirca 468 a. C.), poeta lírico griego, creador de lamnemotecnia.
Aunque jonio, fue llamado a Atenas hacia el año 526 a. C. por la corte del tirano Hiparco; luego marchó a Tesalia con su sobrino, el también poeta y discípulo suyo Baquílides. Allí se relacionó con la aristocracia gobernante, los escopadas y los alendas. Después viajó a Cranón y Farsalia. Vuelto a Atenas cantó las hazañas de los griegos en la batalla de Maratón, con lo que se hizo muy popular. Terminó su vida en la corte del tirano de SiracusaHierón I

Escribió para diversos mecenas en gran variedad de metros y géneros: epigramas (principalmente epicedios como el de los trescientos espartanos de Leónidas I, e inscripciones votivas), elegías patrióticas y morales, peaneshiporquemas, y obras de lírica coral, como himnosodas,epiniciostrenos y ditirambos, pero solamente una pequeña parte de su obra ha sobrevivido.
Sí se han conservado bastantes anécdotas sobre su tacañería así como la noticia, transmitida por Cicerón en su De oratore, de que fue uno de los fundadores de la mnemotecnia, en concreto de la técnica o sistema de la localización que permitía a un orador recordar larguísimos discursos compuestos previamente por un logógrafo, técnica que expone Quintiliano, en su famosa Institutio oratoria, y que consistía en visualizar o situar mentalmente en los distintos lugares de un templo conocido por el expositor las distintas partes del discurso trazando un itinerario según el orden requerido. 

Al parecer, en el año 500 a. C. estaba en un banquete cuando se ausentó brevemente, salvándose así de morir aplastado por el derrumbe del techo; y fue el único en poder reconocer los destrozados cuerpos de dichos comensales al recordar los lugares donde estaban sentados. También se suele recordar bastante en poéticasu afirmación de que «la poesía es pintura que habla y la pintura poesía muda», lo que se considera origen del tópico horaciano de ut pictura poesis. También es el autor de una famosa definición de justicia, según la cual esta es "la obligación de dar a cada uno lo que se le debe".




Esquilo





Esquilo



Esquilo nació en Eleusis en 525/24 a.C. Era hijo de un distinguido hacendado llamado Euforión. Intervino en las batallas de Maratón y Salamina, contra los persas, así como en otras de las guerras médicas. Fue absuelto en un proceso e impiedad por violar el secreto de los misterios. Siendo muy joven participó en los concursos de los poetas trágicos, quizá en 28, de los cuales en trece fue el vencedor.

En su madurez se trasladó a Sicilia a la corte de Hierón, tirano de la ciudad, seguramente llevado por la abundancia de artistas que en dicho lugar se daban cita. Allí, tal vez representara por segunda vez Los Persas, obra que le valió el triunfo en Atenas.

Poco después regresó a Atenas, pues en 468a.C.dejó el primer puesto en el agón a Sófocles. No se sabe por qué regresó nuevamente a Sicilia, aunque cierto pasaje de Aristófanes en Las Ranasnos da un indicio:  alude a la decepción que experimentó con el público ateniense, de lo cual se deduce que la relación entre éste y el autor no siempre fue buena, quizá debido a la no obtención de premios en ocasiones. Murió en Gela en 456/55a.C. y su tumba se convirtió en santuario visitado por todos los trágicos del momento. 

Los atenienses honraron su memoria con una ley propia que permitía a cualquiera participar en el agón (certamen) con obras de Esquilo. Pero fue Aristófanes, en Las Ranas, quién mejor honró la memoria de este autor trágico trazando una imagen sublime del mismo.

La obra de Esquilo

La trilogía esquílea. Esquilo y el drama satírico. Estudio en particular de la Orestia y el Prometeo.

El catálogo manuscrito de los dramas de Esquilo que se conserva menciona ochenta (80) obras, a las que se debe quitar Las mujeres de Etna, atribuida falsamente, de las cuales solo siete se conservan completas. Como cada poeta acudía al concurso con cuatro obras (3 tragedias y 1 drama satírico). 

Esquilo habría compuesto  veinte tetralogías. Obras conservadas : Los Persas, Los Siete contra Tebas, Las Suplicantes, Prometeo - estas forman parte de cuatro trilogías distintas - Agamenón, Las Coéforas Las Euménides  - estas tres integran una trilogía completa llamada Orestia.

La trilogía esquílea se caracteriza por tener una temática que se va completando con las tres obras, estando íntimamente ligadas por la misma. 

La única excepción la constituye el Prometeo portador del fuego que es una pieza satírica cuyo contenido no tiene nada que ver con los otros tres dramas de la tetralogía, incluso la relación entre estos ha sido muy estudiada sin hallar un nexo entre ellos tan evidente como lo encontramos en las restantes trilogías de Esquilo. Tal vez al ser ésta la primera trilogía conservada aun no tenia la afinidad de contenidos de las otras, y Esquilo se decidió más tarde por esta opción. Trilogías:






La EsfingeAmymonePrometeo encendedor del fuego
FineoLayoLas Suplicantes Prometeo encadenado
Los PersasEdipoLos EgipciosPrometeo liberado
Glauco de PotniasLos Siete contra TebasLas DanaidesPrometeo portador del fuego




En cuanto al drama satírico, que aparece en negrita en las tetralogías anteriores, debía acompañar a cada trilogía; en él al lado del héroe aparecen personajes tradicionales como Sileno, los sátiros, bacantes, todos ellos animando escenas groseras que suponen una herencia del ditirambo original.
Centrándonos en la Orestiada, hay que decir que con ella ganó Esquilo en las Olimpiadas del año 458a.C. y sus tres tragedias iban seguidas del drama satírico Proteo que se ha perdido. Es sin duda la mejor obra de Esquilo y su temática presenta claros antecedentes en la épica homérica y en un poema coral de Estesícoro, del mismo titulo, perdido.


Agamenon comienza con un prólogo donde un centinela transmite la caída de Troya, señal de alegría, y los malos presentimientos de los griegos por el sacrificio de Ifigenia, el odio de Clitemnestra, la guerra como castigo de Zeus a Paris, la sangre derramada,etc. En medio de estos cantos está el “himno a Zeus” a quién presenta Esquilo como dios del conocimiento que garantiza el orden del cosmos. Cuando Agamenón llega acompañado de Casandra, hija de Príamo, Clitemnestra lo recibe como a un dios pisando alfombras de púrpura. 


Nuevo acto de ubriV (soberbia) de Agamenón que se suma a sus malas acciones anteriores y a las de sus antepasados. Finalmente Clitemnestra, tras matar a su marido y concubina, desafía triunfante al coro, para en los últimos versos confesarse parte de la cadena de  crímenes de la familia de Agamenon.


En Las Coéforas Orestes venga la muerte de su padre matando a su madre y al amante (Egisto), y se decide por este acto después de resolver el doble dilema que se le presenta : obedecer al dios Apolo, y continuar la tradición familiar de asesinatos, o respetar la sangre materna desoyendo, por tanto, el mandato del dios. Después de ejecutar la matanza, Orestes, al igual que Clitemnestra, justifica su acción pero más tarde, presa de las furias, enojado consigo mismo, huye desesperado buscando la liberación por obra del dios.


En Las Euménides Apolo concede su ayuda a Orestes, refugiado en su santuario, enviándole a Atenas en compañía de Hermes, donde encontrará jueces que solucionarán su caso. Allí es liberado por el tribunal del Areópago gracias a la intervención, además, de Atenea y Zeus, quién rompe así la cadena familiar de culpas y castigos. Es un final feliz donde el poder de Zeus se manifiesta bajo la comprensión y el sufrimiento, estableciendo esto como ley para los hombres.


En cuanto al Prometeo, única obra conservada de su trilogía, ha despertado serias dudas en los eruditos respecto a su autenticidad. En esta obra llama la atención la simplicidad del léxico y de la métrica, y el empleo de motivos e ideas inusuales en lo que de Esquilo se nos ha conservado. El problema más difícil viene dado por la imagen de Zeus, que aparece como un tirano que gobierna mediante la violencia, frente a las otras obras donde emerge como justo ordenador del cosmos. La opinión más general es considerarla de Esquilo, pero el problema no está resuelto.


Asunto: el gran titán Prometeo está encadenado a una roca castigado por Zeus por haber entregado a los hombres el fuego, símbolo de cultura. Ante él desfila Io, enloquecida por el amor de Zeus y los celos de Hera. No obstante se atisba una esperanza para ambos, aunque la obra termina con la precipitación de Prometeo y el coro al abismo fulminados por el rayo de Zeus. 


El prometeo liberado describiría la liberación del héroe y el Prometeo portador del fuegopresenta la duda de la posición que ocupa en la trilogía, pues podía estar al comienzo e indicar el rapto del fuego a escondidas de Zeus, o bien  al final presentando la reconciliación entre el dios y el titán, con lo cual terminaria,como las demás obras de Esquilo, con la conciliación de poderes o fuerzas antagónicas.


La ideología de Esquilo. Esquilo y la democracia ateniense. Esquilo y la solución del dilema trágico.
En Esquilo no existe escapatoria para el hombre que no participa de la Justicia. El camino tortuoso hacia el conocimiento y el restablecimiento del equilibrio final, supone dos caras que se complementan de la compleja realidad humana. En el terreno político y social, los dioses de Esquilo no defienden un orden inmutable. Sin embargo, favorecen a quienes no son ni esclavos ni vasallos de hombre alguno; el pueblo entero debe buscar remedio a los peligros que le acechan. La solidaridad entre los pueblos es elogiada por el dios Apolo.


Estos planteamientos han granjeado a Esquilo la consideración de  demócrata radical, y la teoría política que subyace a sus ideas ha sido calificada como “democracia religiosa”.


Por otro lado, Zeus y la Justicia son los motores ideológicos y morales más fecundos de la tragedia de Esquilo. Frente a los rasgos tradicionales con que se nos presenta a Zeus (defensor del suplicante) en nuestro autor se nos impone como un dios que es resumen paradigmático de las ideas de poder, sabiduría y justicia. Hasta el dolor, frente al cual solo cabria resistir, se convierte en Esquilo, por obra de Zeus, en fuente de aprendizaje y conocimiento. Solo quién lo celebre alcanzará la “suprema sabiduría”.


Si Zeus es compendio de las ideas que rigen el mundo, la Justicia es para Esquilo el elemento estabilizador de los desequilibrios que amenazan al mundo de los hombres: la injusticia y sus correlatos, la culpa y el castigo. La Justicia, en suma, cuando acompaña desde siempre a las casas de los hombres, es garantía de un hermoso destino para todos los hijos de esas casas.


La solución del dilema trágico, cuando ambos imperan (Zeus y Justicia), siempre es feliz.


El estilo de Esquilo. Las expresiones figuradas en la obra de Esquilo.El testimonio de Aristófanes sobre el estilo de Esquilo.
El teatro, heredero de la épica y la lírica, presenta en Esquilo una elevación poética de todos sus mensajes, sobre todo en el coro, donde se acumulan imágenes poéticas comparables a las de la lírica, que actúa como comentarista de lo que los actores reviven en la escena. Sin embargo, en las intervenciones de los actores las formas recuerdan más el estilo de la épica.


El diálogo, elemento más típico del teatro, puede aparecer como intercambio verso a verso entre dos personajes, o también con tiradas intermedias, e incluso con largos parlamentos.


Los papeles trágicos eran representados por solo dos actores, de ahí el recurso constante a la figura del mensajero o a que el diálogo sea llevado por el jefe del coro y un actor, mientras el segundo actor queda libre para una posible intervención.


Según Murray, Esquilo dio majestad a la tragedia, elevando temas del folklore popular a la categoría de problemas universales. Así lo demuestra en el metro usado, la lengua y las expresiones figuradas o frases enigmáticas (kennings) como por ej. anaudoi  paideV  taV  amiantou  “hijos sin voz de lo impoluto” que designa los peces que devoran a los persas muertos en Salamina. En la mayoría de ocasiones añade la interpretación de cada expresión, detrás o delante de la frase (“el sabueso alado de Zeus, el águila roja”).


Otro medio usado por Esquilo para dar extrañeza a la lengua es el uso de palabras exóticas, o con acento extranjero, cuando intervienen personajes persas, egipcios o jonios. Es un experto en la creación de imágenes audaces sin caer en lo artificioso.


Aristófanes, en el certamen de los poetas de Las Ranas, hace decir a Esquilo que los grandes pensamientos deben plasmarse en la expresión adecuada del lenguaje. Aquí se observa el reconocimiento que siente por el trágico, pero también, cuando el ingenio aristofánico llega a lo grotesco, percibimos su veneración por el príncipe báquico (bakceioV  anax) como él lo llama. Según  


Aristófanes, en el verso hablado hay pasajes donde Esquilo literalmente apila las palabras, frente a otros en los que logra el máximo efecto merced a una extrema sencillez.

Citas y escribo, sobre Petronio.





Era llamado Cayo, Tito Petronio o Petronius Arbiter en latín, las fechas  entre el año 14 y 27 D.c. se presumen para su nacimiento y la de muerte aproximadamente al año 65 también D.c., pertenecía a la corte de Nerón, último emperador romano de la dinastía Julio-Claudiana. De Petronio, un retrato encontrado en los “Anales” de Tácito, historiador romano un poco posterior a los tiempos de Petronio nos puede dar una idea de la esencia de este personaje real en su tiempo; cito a Tácito en el siguiente fragmento de “Anales (XVI, 17-20)”:

Él dedicaba el día para dormir, y la noche para los deberes de la sociedad y para los placeres de la vida. Si algunos alcanzaron fama por el trabajo, él lo hizo por la molicie. Tenía reputación, no de juerguista ni de derrochador como casi todos los que devoran su fortuna, sino de técnico en los placeres. Sus palabras y acciones agradaban y eran tomadas como modelo de sencillez en función de la espontaneidad y de cierto descuido propio con que eran ejecutadas. Sin embargo manifestó energía y estuvo a la altura de sus funciones como procónsul en Bitinia y después como cónsul. Luego, regresando a sus vicios o quizá sólo a su imitación, fue admitido entre los pocos familiares de Nerón como árbitro del buen gusto: para el príncipe no había nada agradable y delicado que no estuviese recomendado por Petronio.
De ahí los celos de Tigelino que vio en él a un rival y a una persona más ducha en la ciencia de los placeres. Tigelino, pues, excitó la crueldad del príncipe, pasión que en éste tenía la supremacía sobre las otras, y acusó a Petronio de ser amigo de Escevino. Se sobornó un esclavo para la delación, y a Petronio se le privó del derecho de defensa.
La mayor parte de sus esclavos fueron encarcelados. Por entonces se encontraba en Campania el César. Petronio fue detenido en Cumas, hasta donde lo había seguido. No soportó la idea de languidecer por más tiempo entre el terror y la esperanza, pero tampoco se quitó la vida bruscamente. Se abría las venas y se las cerraba para abrírselas otra vez según su antojo, entreteniéndose con sus amigos, pero no con temas serios ni con nada calculado para conseguir reputación de firmeza. Escuchaba más bien versos anodinos y poesías ligeras en vez de reflexionar sobre la inmortalidad del alma, y de proferir máximas filosóficas.
Dio dinero a algunos esclavos y a otros, látigo. Más aun, a fin de que su muerte, si bien forzada, pareciese natural, organizó un festín y dejó que lo ganase el sueño. Ni siquiera redactó codicilos para adular a Nerón, a Tigelino o a algún otro poderoso, como lo hacían muchos de los que así acababan sus días. Lo que hizo fue trazar, bajo el nombre de jóvenes impúdicos y de mujerzuelas, la narración completa de las degeneraciones del príncipe con sus más monstruosos vicios. Después de enviarle sellado este escrito, quebró su anillo, con la aprensión de que no sirviera más tarde para poner en graves aprietos a otras personas. Nerón investigaba cómo habían podido ser divulgados sus vicios nocturnos, y le vino Silia a la memoria. Esta mujer, esposa de un senador, no le era desconocida. Además él mismo la había asociado a todos sus placeres, como amiga muy íntima que era de Petronio. El odio de Nerón provocó su destierro con el pretexto de haber propalado lo visto..."


Palabras de Tácito. Pero si la vida de este hombre Petronio tan ligera y sincera es un mordisco (ñam), “El Satiricón” de la cual solo se han encontrado fragmentos no toda la obra, es considerada la primera novela en el escenario occidental, y su exquisito juego con las expresiones coloquiales y lenguaje muy fino por otra parte, lo hacen juguetón cuanto sublime, el argumento de los fragmentos conservados dide que la acción se inicia en la ciudad de Campania donde Encolpo es un bohemio que va en busca de su enamorado Ascilto, y lo encuentra con Gitón, un joven por el que ambos rivalizan; luego se les une otro, Agamenón, y todos juntos se van a una cena en casa de un nuevo rico, donde tiene lugar el pasaje más conocido de la obra, El Banquete de Trimalción, después Encolpio se encontrará con el poeta Eumolpo, que le cuenta una historia y le recita un poema sobre Troya. Encolpio, Gitón y el poeta deciden embarcarse para huir de Ascilto, pero el barco naufraga cerca de Crotona; allí Eumolpo finge ser un hombre adinerado pero enfermo, y sin herederos, para aprovecharse de las personas.
El Banquete de Trimalción escena grande de esta obra,  sellada en muchos cuadros a lo largo ya del tiempo, lo es además, personas; he aquí un fragmento de la novela, precisamente una parte de la descripción del banquete, ¡Qué emoción!:
Amigos, he hecho incubar huevos de pavo real por una gallina y me temo, por
Hércules, que ya estén empollados. Probemos, sin embargo, si todavía son comestibles. Recibimos unas cucharas que por lo menos pesaban media libra, y
cascamos los huevos que estaban muy bien hechos de pasta. Casi arrojé mi
porción pues creí que ya estaba formado el pollo, pero oí decir a una vieja
comensal:
-No sé qué delicia debe de haber aquí.
Continué, pues, descascarándolo con la mano y me encontré con un gordísimo
papafigo arrebolado en salsa de yema de huevo y pimienta".

"Y añadió Trimalción: '¡Ay! ¡Miserables de nosotros! ¡Qué impotencia la del pobre hombre! Todos así seremos cuando el Orco nos recoja. Vivamos, pues, en tanto que existir con salud permitido nos sea'.
A esta lamentación siguió un plato no tan grande como esperábamos, pero tan
original que provocó nuestra admiración. Era un repositorio redondo con los doce signos del Zodíaco dispuestos alrededor. Sobre Aries, garbanzos picudos .
Sobre Tauro, un trozo de buey. Sobre Géminis, criadillas y riñones. Sobre Cáncer, una corona. Sobre Leo, un higo de África. Sobre Virgo, una vulva de marrana virgen. Sobre Libra, una balanza con un pastel en un platillo, y un bizcocho en el otro. Sobre Escorpio, un pececillo de mar. Sobre Sagitario, un caracol. Sobre Capricornio, una langosta marina . Sobre Acuario, un ganso. Sobre Piscis, dos lisas . En el centro había un terrón, extraído con césped y todo, que sostenía un panal de abeja".

Remembro en los pasajes más conmemorativos de la obra de este hombre que solo conozco en un libro digital fragmentado, y en palabras de historiadores muy cercanos a su tiempo solo preguntándome ¿Cómo sonaba todo ello en latín? Con el contexto de su vida, tiempo y demás circunstancias, el solo poderlo imaginar me hace verme como amigo ya del muertito Petronio, recordado con risas por los que han pasado por su Satiricón fragmentado, en el libro, en la web o en Fellini una hilaridad y genialidad que lo han conservado hasta ahora.

Óscar Díaz

Séneca




Su familia era originaria de Corduba (moderna Córdoba), en la Bética, así que la tradición ha situado su nacimiento en Corduba en torno al año 1. Así Séneca ha sido considerado como nacido en la moderna Córdoba.

El padre de Séneca, Marco Anneo Séneca, era un procurador imperial que se convirtió en una auténtica eminencia de la retórica, el arte de la oratoria y del debate. Además de Lucio, Marco tuvo otros dos hijos que a su manera también alcanzaron cierta relevancia. El primero, Novato, más conocido como Galión, fue el gobernador de Acaya que declinó ejercer su jurisdicción sobre San Pablo, y lo envió a Roma. El segundo, Mela, aunque menos ambicioso, fue un hábil financiero famoso por ser el padre del poeta Lucano quien, por ello, era sobrino de Lucio Séneca. De toda la vida de Lucio Séneca previa al año 41 d. C. no se sabe gran cosa, y lo que en general se sabe es gracias a lo que el propio Séneca dejó por escrito en sus obras. Sea como fuere, es claro que provenía de una familia distinguida, perteneciente a la más alta sociedad hispana en una época en que la provincia de Hispania estaba en pleno auge dentro del Imperio romano.

Parece ser que pasó los primeros años de su vida en Roma bajo la protección de la hermanastra de su madre, su tía Marcia. Se afirma que en ese tiempo vivió con humildad en una habitación en el piso de arriba de un baño público, algo probablemente falso, ya que Marcia era una persona acaudalada. Durante este tiempo, parece que fue entrenado en retórica e introducido en el estoicismo por el filósofo Átalo.

Marcia estaba casada con un équite (caballero) romano que en el año 16 fue nombrado gobernador de Egipto por el emperador Tiberio. Séneca acompañó al matrimonio a Alejandría, en Egipto, donde adquirió nociones de administración y finanzas, al tiempo que estudiaba geografía y etnografía de Egipto y de la India y desarrollaba su interés por las ciencias naturales, en las que, a decir de Plinio el Viejo, destacaría por sus conocimientos de geología, oceanografía y meteorología. Por influjo de los cultos místicos orientales que existían en Egipto, al principio demostró una cierta inclinación hacia el misticismo pitagórico enseñado por Sotión, y los cultos de Isis y Serapis, que por aquel entonces ganaban gran número de adeptos entre los romanos. No obstante, posteriormente se inclinó hacia el estoicismo, filosofía que adoptaría hasta el fin de sus días. Su formación, pues, fue muy variada, rica y abierta: además de formarse en Egipto, parece ser que ya en Roma había estudiado gramática, retórica y filosofía; es posible, además, que viajara en algún momento a Grecia para continuar formándose en Atenas, algo muy común entre los patricios de su tiempo. Sea como fuere, dejó escrito haber estudiado con Sotión, un filósofo ecléctico-pitagórico, con el estoico Átalo y con Papirio Fabiano. Más adelante, fue amigo íntimo del cínico Demetro.

Séneca siempre tuvo una salud enfermiza, especialmente debido al asma que padecía desde su infancia. Tanto es así que llegó a escribir que lo único que le impedía suicidarse era la incapacidad de su padre de soportar su pérdida.

En el año 31, Séneca volvió a Roma donde, a pesar de su mala salud, de su origen provinciano y del hecho de provenir de una familia comparativamente escasa en influencias, fue nombrado Cuestor, con lo que inició así su cursus honorum, en el que pronto destacó por su estilo brillante de orador y escritor. Para cuando, en el año 37, el emperador Calígula sucedió a Tiberio, Séneca se había convertido en el principal orador del Senado y había levantado la envidia y los celos del nuevo y megalómano César, el cual, de acuerdo con el historiador Dión Casio, ordenó su ejecución. Según el mismo historiador, fue una mujer próxima al círculo más íntimo de Calígula la que consiguió que éste revocara la sentencia al afirmar que Séneca padecía tuberculosis y pronto moriría por sí mismo. A consecuencia de este incidente, empero, Séneca se retiró de la vida pública.

En el año 41, a la muerte de Calígula y con la entronización de Claudio, Séneca, que continuaba siendo una persona relevante dentro del estamento político romano, fue de nuevo condenado a muerte, si bien la pena se le conmutó por el destierro a Córcega. Las causas de esta condena se ignoran. La sentencia oficial lo acusaba de haber cometido adulterio con Julia Livilla, hermana de Calígula, hecho bastante improbable. Más probablemente, se ha apuntado que la esposa de Claudio, la célebre Valeria Mesalina, lo consideraba peligroso ahora que Calígula había muerto. La entronización de Claudio se había producido contra la oposición del Senado y Séneca, que debido a su prestigio como orador era probablemente uno de los senadores más influyentes, podría haber sido un enemigo político en potencia para Claudio.

Su exilio en Córcega duró 8 años. Durante ese tiempo escribió un ensayo de consolación a su madre Helvia, a raíz de la muerte de su padre Marco, y que destaca por propugnar actitudes estoicas muy diferentes a las que, por ese mismo período, se muestran en la Consolación a Polibio, nombre de uno de los libertos imperiales de Claudio y que ostentaba un gran poder e influencia sobre el emperador. En esta carta, que probablemente nunca estuviera destinada a publicarse, se muestra abyectamente adulador mientras busca el perdón imperial.

El destierro duró hasta el año 49 cuando, tras la caída de Mesalina, la nueva esposa de Claudio, la también célebre Agripina la Menor, consiguió para él el perdón imperial. Se le llamó a Roma y, por indicación de Agripina, se le nombró pretor en la ciudad. El favor imperial no acabó ahí, pues en el año 51, a instancias de nuevo de Agripina, se le nombró tutor del joven Lucio Domicio Ahenobarbo, futuro Nerón, quien era hijo de un matrimonio anterior de Agripina. Tan drástico cambio en su suerte se debió, según el historiador Tácito, a que Agripina, aparte de buscar un tutor ilustre para su hijo, creía que la fama de Séneca haría que la familia imperial ganara en popularidad, además de considerar que un Séneca agradecido y obligado a ella serviría como un importante aliado y un sabio consejero en los planes de alcanzar el poder que albergaba para su hijo Nerón.

En el año 54, el emperador Claudio murió (según la mayoría de las fuentes históricas, envenenado por la propia Agripina) y su hijastro Nerón subió al poder. Aunque no hay evidencia alguna de que Séneca estuviera involucrado en el asesinato de Claudio, sí que se mofó del viejo emperador en su obra satírica intitulada Apocolocyntosis divi Claudii («Calabazificación del divino Claudio»), en la que éste, al ser deificado, acaba, tras una serie de vicisitudes, como un mero burócrata en el Hades. Con la subida al poder del joven Nerón, que por aquel entonces contaba con 17 años, Séneca fue nombrado consejero político y ministro, junto con un austero oficial militar llamado Sexto Afranio Burro.

Durante los ocho años siguientes, Séneca y Burro, a quienes todos los historiadores romanos consideraron las personas de mayor valía e ilustración del entorno de Nerón, gobernaron de facto el imperio romano. Dicho período destacaría, a decir del propio emperador Trajano, por ser uno de los períodos de «mejor y más justo gobierno de toda la época imperial». Su política, basada en compromiso y diplomacia más que en innovaciones e idealismo, fue modesta pero eficiente: se trató en todo momento de refrenar los excesos del joven Nerón, al tiempo que evitaban depositar gran poder real en manos de Agripina. Así, mientras Nerón se dedicaba, siguiendo las instrucciones de Séneca, a un ocio moralmente «aceptable», Séneca y Burro se hicieron con el poder, en el que promovieron una serie de reformas legales y financieras, como la reducción de los impuestos indirectos; persiguieron la concusión (corrupción de los gobernadores provinciales); llevaron a cabo una exitosa guerra en Armenia, que instituyó el protectorado romano en aquel país y se mostró, a la larga, fundamental para la salvaguarda de la frontera oriental del imperio; se enviaron, a instancias de Séneca, expediciones para dar con las fuentes del río Nilo... Vale notar que ni Burro ni Séneca ocuparon, durante este período, cargo institucional alguno, más allá del de senadores, por lo que ejercieron el poder desde detrás del solio imperial, como meros validos y consejeros del joven césar, que al parecer tenía en alta estima a su tutor.

Sin embargo, conforme Nerón fue creciendo, comenzó a desembarazarse de la «benigna» influencia de Séneca, de tal forma que, al mismo tiempo que el ejercicio del poder iba desgastando al filósofo, comenzaba a perder influencia sobre su pupilo Nerón. Éste, que había demostrado una naturaleza cruel y vitriólica al hacer asesinar a su hermanastro Británico, pronto comenzó a escuchar los consejos de miembros de la peor ralea de la sociedad romana, meros arribistas que, como Publio Sulio Rufo, vieron una oportunidad para desplazar a Séneca del poder. Fue este Rufo el que, en el año 58, acusó a Séneca, absurdamente según Tácito, de acostarse con Agripina, con lo que dio origen a una campaña de desprestigio en la que el filósofo fue acusado de crímenes tan peregrinos como el de deplorar el tiránico régimen imperial, extravagancia en sus banquetes, hipocresía y adulación en sus escritos (fue en este momento cuando salió a la luz la carta al liberto Polibio), usura, y, sobre todo, excesiva riqueza. De hecho, la riqueza de Séneca en este período alcanzó la categoría de proverbial, cuando el poeta Juvenal habla de los grandes jardines del inmensamente rico Séneca. Es probable que la inmensa riqueza del filósofo propiciara su caída frente a Nerón, el cual no toleraría que un particular pudiera hacerle sombra en ese aspecto.

En el año 59, la antiguamente gran valedora de Séneca, Agripina, fue asesinada por Nerón, lo que marcaría el inicio del fin de Séneca. Aunque posiblemente no estuvieran involucrados, Séneca y Burro tuvieron que llevar a cabo una campaña de lavado de imagen pública del emperador a fin de minimizar el impacto que pudiera tener el crimen: Séneca escribió la famosa carta al Senado en la que justificaba a Nerón y explicaba cómo Agripina había conspirado en contra de su hijo. Este hecho ha sido muy criticado con posterioridad, y ha sido germen frecuente de las acusaciones de hipocresía contra Séneca. Cuando, en el año 62, Burro murió (probablemente asesinado, según algunos), la situación de Séneca en el poder se volvió insostenible, al haber perdido buena parte de su capital político y de sus apoyos. La campaña de desprestigio, además, le privó de la cercanía del emperador, el cual, rodeado de aduladores y arribistas como Tigelino, Vitelio o Petronio, pronto comenzaría a hablar de desembarazarse de su viejo tutor.
Así, ese mismo año Séneca pidió a Nerón retirarse de la vida pública, y ofreció toda su fortuna al emperador. El retiro le fue concedido tácitamente, aunque la fortuna no le fue aceptada hasta años después. De esta manera, Séneca consiguió retirarse de la cada vez más peligrosa corte romana, y comenzó a pasar su tiempo viajando con su segunda esposa, Paulina, por el sur de Italia. Al mismo tiempo, comenzó a redactar una de sus obras más famosas, las Cartas a Lucilio, auténtico ejemplo de ensayo, en las que Séneca ofrece todo tipo de sabios consejos y reflexiones a Lucilio, un amigo íntimo que supuestamente ejercía como procurador romano en Sicilia. Esta obra serviría de ejemplo e inspiración a Michel de Montaigne en la redacción de sus Ensayos.

Aun así, Séneca no consiguió desembarazarse del todo de la obsesiva perversión de su antiguo pupilo. Según Tácito, parece ser que en sus últimos años Séneca sufrió un intento de envenenamiento, frustrado gracias a la sencilla dieta que el filósofo había adoptado, previendo un ataque de este tipo. Sea como fuere, en el año 65 se le acusó de estar implicado en la famosa conjura de Pisón contra Nerón. Aunque no existieran pruebas firmes en su contra, la conjura de Pisón sirvió a Nerón como pretexto para purgar a la sociedad romana de muchos patricios y caballeros que consideraba subversivos o peligrosos, y entre ellos se encontraba el propio Séneca. Así pues, Séneca fue, junto con muchos otros, condenado a muerte, víctima de la conjura fracasada.

Sobre la muerte de Séneca, el historiador Tácito cuenta que el tribuno Silvano fue encomendado para darle la noticia al filósofo, pero siendo aquél uno de los conjurados, y sintiendo una gran vergüenza por Séneca, le ordenó a otro tribuno que le llevara la notificación del César: de un patricio como Séneca se esperaba no que decidiera esperar a la ejecución, sino que se suicidara tras recibir la condena a muerte. Cuando Séneca recibió la misiva, ponderó con calma la situación y pidió permiso para redactar su testamento, lo cual le fue denegado, pues la ley romana preveía en esos casos que todos los bienes del conjurado pasaran al patrimonio imperial.

Sabiendo que Nerón actuaría con crueldad sobre él, decidió abrirse las venas en el mismo lugar, cortándose los brazos y las piernas. Su esposa Paulina le imitó para evitar ser humillada por el emperador, pero los guardias y los sirvientes se lo impidieron (otras fuentes afirman que realmente se suicidó, aunque Suetonio afirma que vivió hasta el principado de Domiciano). Séneca, al ver que su muerte no llegaba, le pidió a su médico Eustacio Anneo que le suministrase veneno griego (cicuta), el cual bebió pero sin efecto alguno. Pidió finalmente ser llevado a un baño caliente, dónde el vapor terminó asfixiándolo, víctima del asma que padecía.

Al suicidio de Séneca lo siguieron, además, el de sus dos hermanos y el de su sobrino Lucano, sabedores de que pronto la crueldad de Nerón recaería también sobre ellos. El cuerpo de Séneca fue incinerado sin ceremonia alguna. Así lo había prescrito en su testamento cuando, en sus tiempos de riqueza y poder, pensaba en sus últimos momentos.

Michel de Montaigne no dejó nunca de reconocer la influencia de Séneca en su obra magna, los Ensayos.

Tertuliano consideró que muchas de las doctrinas morales expuestas por Séneca tenían gran parecido con las expuestas en la Biblia.

Séneca es uno de los pocos filósofos romanos que siempre ha gozado de gran popularidad (al menos en la Europa continental; en el mundo anglosajón no fue sino hasta el siglo XX cuando la figura de Séneca se rescató del olvido), como lo demuestra el hecho de que su obra haya sido admirada y celebrada por algunos de los pensadores e intelectuales occidentales más influyentes: Erasmo de Rotterdam, Michel de Montaigne, René Descartes, Denis Diderot, Jean-Jacques Rousseau, Thomas de Quincey, Dante, Petrarca, San Jerónimo, San Agustín, Lactancio, Chaucer, Juan Calvino, Baudelaire, Honoré de Balzac... todos mostraron su admiración por la obra de Séneca; aparte de la de Cicerón, la obra de Séneca era una de las mejor conocidas por los pensadores medievales, y como quiera que muchas de sus doctrinas son compatibles con la idiosincrasia cristiana, los padres de la Iglesia como San Agustín lo citan a menudo; Tertuliano lo consideraba un saepe noster, esto es, «a menudo uno de los nuestros», y San Jerónimo llegó a incluirlo en su Catálogo de santos. Durante la Edad Media, de hecho, surgió la leyenda de que San Pablo habría convertido a Séneca al cristianismo, y que su muerte en el baño era una suerte de bautismo encubierto. La supuesta conversión al cristianismo de Séneca fue un tema recurrente durante el Bajo Imperio romano y la Edad Media, formaba parte de la «Leyenda áurea», e incluso aparecieron varias cartas espurias entre Séneca y San Pablo en las que intercambian puntos de vista doctrinales; en una de ellas, fechada en el siglo III o en el siglo IV, incluso se relata el gran incendio de Roma, aunque probablemente Séneca se hallase fuera de la ciudad en ese tiempo. Por otro lado, su obra Naturales quaestiones, tratado de ciencias naturales alabado ya por Plinio el Viejo, fue durante la Edad Media la obra de referencia inamovible en los asuntos que abordaba; sólo Aristóteles tuvo más prestigio en ese campo.


Además, la influencia de Séneca se deja ver en todo el humanismo y demás corrientes renacentistas. Su afirmación de la igualdad de todos los hombres, la propugnación de una vida sobria y moderada como forma de hallar la felicidad, su desprecio a la superstición, sus opiniones antropocentristas... se harían un hueco en el pensamiento renacentista. Erasmo de Rotterdam, por ejemplo, fue el primero en preparar una edición crítica de sus obras (1515), y la primera obra de Calvino fue una edición de De clementia, en 1532. Robert Burton lo cita en su Anatomía de la melancolía, y Juan Luis Vives y Tomás Moro lo tenían en alta estima, y se hacían eco de sus ideas éticas. En la obra de Montaigne, los Ensayos, las referencias a la obra de Séneca son constantes, tanto en forma como en opiniones, muchas de las cuales son comunes en ambos pensadores; por ejemplo, la justificación del suicidio como forma de evitar una muerte peor es análoga en los dos. Formalmente, muchos ensayos de Montaigne se asemejan a la estructura desarrollada por Séneca en sus Cartas a Lucilio (planteamiento de un tema, pero no de una tesis al respecto, un desarrollo más o menos lineal donde se añaden ejemplos pero se evitan digresiones, y una conclusión final sobre el tema planteado que se deduce de todo lo anterior), que se han visto como un antecedente claro del ensayo moderno. Y, aunque las ideas presentadas por Séneca no pueden ser consideradas originales ni sistemáticas en su exposición, su importancia es capital a la hora de hacer asequibles y populares muchas de las ideas de la filosofía griega.1

En la actualidad, su obra ha caído en un cierto olvido, propiciado por el moderno abandono del estudio de las lenguas y disciplinas clásicas. Sin embargo, sigue sorprendiendo por la vigencia y asequibilidad de muchas de sus ideas y la facilidad de lectura y claridad con que se muestra en las traducciones vernáculas de su obra: las Cartas a Lucilio han sido comparadas con un libro de autoayuda, y de hecho, a raíz de la película Gladiator, tanto éstas como las Meditaciones de Marco Aurelio fueron reeditadas con gran éxito en el mundo anglosajón.

Desde sus inicios, Séneca abrazó el estoicismo, sobre todo en su vertiente moral, y toda su obra gira en torno a esta doctrina, de la que llegó a ser, al menos en la teoría, uno de los máximos exponentes. Sin embargo, aunque en su obra se presenta siempre como estoico, ya en su propio tiempo fue tachado de hipócrita, al no ser capaz de vivir según los principios que propugnaba en su obra. En efecto, a lo largo de toda su vida fue acusado de haberse acostado con mujeres casadas, y si bien es cierto que muchas veces dichas acusaciones no eran más que meras calumnias, en muchos otros casos parece haber estado bien fundadas. Además, la estrecha relación con los excesos de Nerón demuestra las profundas limitaciones de sus enseñanzas en cuanto a la templanza y la autodisciplina propias de un estoico. Igualmente, no se explicaría que un verdadero estoico escribiera las cartas que desde su destierro en Córcega envió a Roma rogando, de la forma más servil y humillante, por su perdón. En su Calabacificación de Claudio ridiculizó algunos comportamientos y políticas del emperador Claudio que cualquier estoico habría aplaudido, con lo que se demostró que colocaba sus principios al servicio de Nerón, al denostar a Claudio al tiempo que proclamaba que Nerón sería más sabio y longevo que el legendario Néstor. En esta obra presenta una crítica hacia la deificación de los humanos y pone como claro ejemplo el caso de Claudio y aprovecha la ocasión para criticarlo y ridiculizarlo. La carta al Senado donde justifica el asesinato de Agripina ha sido siempre vista como algo imperdonable, y de gran bajeza moral; ante otros actos de Nerón, como el asesinato de Británico o la repudiación de su primera esposa Octavia, Séneca siempre guardó un silencio que muchos han visto como cobardía e incluso aquiescencia. Las acusaciones de corrupción que acompañaron a su gobierno, que bien pudieran sostenerse si se atiende a la fabulosa fortuna que hizo en ese período, serían una prueba más de la incapacidad de Séneca para llevar a la práctica los principios estoicos que tanto admiraba.

Hay que hacer notar que la inmensa mayoría de las acusaciones que se vertieron contra Séneca fueron hechas bien por opositores políticos en vida del filósofo, por lo que su validez debe tomarse con cautela, o con mucha posterioridad a la muerte del mismo, de manera que muy posiblemente las debilidades de Séneca fueran en realidad mucho menores que las que en apariencia fueron.